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4 DE ENERO DE 1822
SE PROHIBEN LAS CORRIDAS DE TOROS EN LA BUENOS AIRES COLONIAL

Por Elena Luz González Bazán especial para Latitud Periódico y Villa Crespo Digital

6 de enero del 2023 *

Las corridas de toros, que se habían realizado desde 1619, convocaban por igual a ricos y pobres. En 1791 el virrey Arredondo inauguró la pequeña plaza de toros de Montserrat (ubicada en la actual manzana de 9 de julio y Belgrano) con una capacidad para unas dos mil personas.

Pero como fue quedando chica se demolió y se construyó una nueva plaza para 10.000 personas en el Retiro en la que alguna vez supo torear Juan Lavalle.
En la prolongación de las calles actuales Avenida Santa Fe y Marcelo T. de Alvear, entre Florida y Maipú se construyó la segunda plaza de toros que tuvo Buenos Aires.

Era mucho más grande que la anterior y fue inaugurada el 14 de octubre de 1801. Era de forma octogonal y estilo morisco con ladrillos a la vista. Esta plaza de toros fue escenario de una valiente defensa por parte de las tropas españolas cuando los ingleses las asediaron durante horas en 1807.

En el año 1819 el gobernador de Buenos Aires, Juan Martín de Pueyrredón, ordena que se derribe la Plaza de Toros.

El 4 de enero de 1822 se prohíben definitivamente.

Este espectáculo fue traído desde España, con la conquista realizada en nuestro continente.
Un espectáculo que fue prohibido en 1822. La primera plaza fue construida por el carpintero Raimundo Marino, en el hueco de Monserrat, en la actual manzana comprendida entre las calles Belgrano, Lima, Moreno y Bernardo de Irigoyen. Con una capacidad para 2.000 personas, las autoridades coloniales se instalaban en los balcones de la casa de la familia Azcuénaga, en la conocida, en aquellos tiempos de la Calle del Pecado.
Con un público avieso, se fue armando un mundo de pulperías, casas de juego, posadas que frecuentaban changarines, carreteros, negros libertos y otros marginales.

Los toros eran traídos desde Chascomús y si quedaban empantanados por lluvias u otros problemas, se armaban corridas en el lugar.
En 1799 el virrey Avilés decide la demolición de esta primera plaza de toros.
La nueva plaza se construyó entre el 22 de octubre y el 29 de julio de ese mismo año y en 1801, el Cabildo resolvió hacer edificar una nueva y definitiva plaza en el Retiro, el encargado de los planos y trazado fue Martín Boneo, arquitecto y marino español.

La plaza costó 42.000 pesos y fue inaugurada el 14 de octubre de 1801. Entre los hombres de mayo que concurrían se enumeran a Saavedra, Moreno y Paso.
La construcción era octogonal, con la mampostería revocada en cal, madera interior y todo lo parecido a las plazas que había en España.
Se conoce que en este lugar y a partir de las Invasiones inglesas se desarrollaron combates y las estructuras quedaron con serios problemas.
Posteriormente, y con la Revolución de Mayo en marcha y la Independencia declarada, la plaza de toros ya recorría su final. Igual en Córdoba y en otros espacios coloniales.

El 10 de enero de 1819 se hace la última corrida y posteriormente se decide la demolición de la plaza de toros y su circo mediático de la época.
Bartolomé Mitre quien fuera presidente y el fundador del diario La Nación, pronto a cumplir los 150 años de existencia expresaba: “Las corridas de toros, condenadas por la civilización, fueron abolidas por la revolución argentina, como la inquisición, el tormento y otras costumbres abusivas.

Primera versión ampliada y corregida el 4 de enero del 2019.

FUENTES: arcón de buenosiares, diario La Nación, otras fuentes y fuentes propias.

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